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Crónica de una imagen ya vista

Por Jorge Uribe Piedrahíta

Comunicador Social/Periodista Colombia

Ya son muchas las veces en las que Colombia ha desarrollado negociaciones para limar asperezas. Lo hemos visto desde el gobierno de Belisario Betancur, cuando terminó el conflicto yaciente entre el M-19 y el país. Luego en 1998, nunca la nación había sentido tan cerca el mensaje de paz, como cuando Andrés Pastrana Arango inició un diálogo con las FARC para acabar con cuatro décadas de violencia. Es más, los ciudadanos confiaron en un comunicado enviado desde México, en el que el secretariado de la FARC anunciaba un proceso de negociación si ganaba el aspirante por el partido conservador.

Sin embargo, Pastrana pasó todo su gobierno creyendo en un proceso de paz y ocultándole al mundo el verdadero objetivo de la zona de distensión, porque cualquier mensaje que transmitiera ponía en peligro el diálogo. Pastrana calló y por su silencio es considerado el gran rehén de las FARC.

Así mismo ha ocurrido con el inigualable vecino, Hugo Chávez, quien abrazó, sonrío, y dio palmaditas de hipocresía con el actual Presidente, tal cual como lo hizo en varias ocasiones con el hoy ex presidente Álvaro Uribe, inclusive la rueda de prensa que dieron conjuntamente en la hacienda presidencial Hato Grande en agosto de 2007 fue similar a la vista con Santos: Se tutearon, compartieron bromas, chistes, se abrazaron, se dieron las manos y todo quedaba subsanado.

Por razones paradójicas, nadie criticó el encuentro, por convertirse en un acercamiento entre hermanos, pero el problema de 8 años de malos encuentros con Chávez no pueden traducirse en una pasada de página, ni en una reunión de tres horas, que más parecía el festín del “borrón y cuenta nueva”.

¿Chávez va a cambiar? Con la aceptación de ese encuentro Santos pasará a la historia como el hombre que calló lo que sabía sobre los favores que hace su homólogo a la guerrilla y como el hombre que logró reactivar las relaciones con los vecinos. Pero, ¿Es sano tener una diplomacia amnésica? ¿Es prudente confiar en el hombre que llamo guerrerista y mafioso a Santos y al otro día lo elogia con piropos insensatos?

Con seguridad que si Colombia sigue dependiente de Venezuela para sobrevivir económicamente y deja todo en el pasado, en el olvido absoluto; en unos meses veremos a Chávez gritándole a Santos en su programa Aló Presidente: “Mafioso, lacayo de imperio…”, sumado a lo anterior, la exigencia económica también debe incluir el apoyo venezolano a la lucha contra el narcotráfico y el terrorismo y a que el Gobierno venezolano saque de su territorio la guerrilla, o sino la reunión en Barranquilla sólo servirá para enterarnos de que el nuevo embajador es José Fernando Bautista.
“Esperemos que no pase como todas las cumbres binacionales, en las que Chávez sale con compromisos, pero luego arremete contra nosotros porque no le gusta algo. De verdad que Colombia debe mirar nuevos mercados; saldar la cartera morosa con Venezuela pero incursionar nuevas posibilidades, no se puede depender de un gobierno con personalidad bipolar”, expresó Juan Andrés Calderón Rodríguez, experto en temas internacionales.


About Jorge Uribe Piedrahíta

Comunicador Social con énfasis en Periodismo Digital y Cibermedios.Desde que inició sus estudios profesionales se interesó por la investigación, la docencia universitaria, el periodismo y la comunicación organizacional. Temas que lo llevaron a coordinar el semillero de investigación “Análisis del Discurso”, en la Universidad EAFIT.