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Santos, el diplomático

Jorge Uribe Piedrahíta

Comunicador Social/Periodista

Juan Manuel Santos, presidente de Colombia, se halla en una encrucijada después de que Ecuador, Venezuela y Bolivia, amenazarán con no asistir a la Cumbre de las Américas, si Cuba no era invitada. Una advertencia nada fácil para Colombia, pues la asistencia de Obama, podría ser cancelada si Cuba asiste al encuentro, ya que los norteamericanos argumentan que la Isla no cumple las características de un gobierno democrático.

Como antesala, la Canciller de Colombia, María Ángela Holguín visitó La Habana y tras su visita declaró que al gobierno cubano “si le interesaba estar en la Cumbre”. Por eso Santos viaja a la Isla para hablar con el longevo Presidente Castro.

Lo cierto es que Colombia no puede cometer el mismo error del ex presidente mexicano Vicente Fox, cuando en 2002 se presentó una situación parecida: Dos días antes de una Cumbre de Naciones Unidas en Monterrey, Fidel Castro aceptó participar en el evento. Para Fox, fue una posición preocupante y por eso decidió llamar telefónicamente a Castro para disuadirlo. Fidel, quien estaba seguro que esa llamada se produciría, la grabó y durante casi 20 minutos le tomó el pelo a Fox. Y so pena de que se comprometiera que esa conversación sería privada, la hizo pública y el vergonzoso diálogo le dio la vuelta al mundo.

Dada la importancia del tema en el contexto político actual, compartimos los fragmentos más significativos de la conversación:

Vicente Fox: Aló Fidel, ¿Cómo estás?

Fidel Castro: Dígame, señor Presidente ¿Cómo está usted?

Fox: Primero, antes que nada, quisiera pedirte que esta conversación sea privada, entre tú y yo ¿Estás de acuerdo?

Fidel: Sí, de acuerdo (…)

Fox: Pero, mira, Fidel, yo te hablo primero como amigo

Fidel: Si me habla primero como amigo, espero que no me diga que no vaya

Fox: (Se ríe). Bueno, vamos a ver, déjame platicarte, a ver tú qué opinas

Fidel: Yo lo escucho pero, se lo advierto de antemano, le puedo ayudar en cualquier cosa menos en eso (…)

Fox: La verdad es que no es muy de amigos avisar así a última hora y con esta sorpresa sí me pones en una buena cantidad de problemas, por ejemplo, problemas con tu seguridad.

Fidel: Bueno, yo no tengo ninguna preocupación. No necesito 800 hombres como los que lleva el señor Bush.

Fox: Bueno, pero tú puedes confiar en un amigo y me podías haber hecho saber un poco antes que pretendías venir, eso yo creo que hubiera resultado mucho mejor para ambos.

Fidel: Usted comprenderá que si ahora me dicen que no vaya, eso daría lugar a un escándalo mundial.

Fox: ¿Pero qué necesidad tienes de armar escándalo mundial, si te estoy hablando como amigo?

Fidel: Óigame, es que usted es el presidente del país anfitrión y, si me lo prohíbe, no me quedaría más remedio que publicar mañana el discurso que planeaba pronunciar allá.

Fox: Eso no, tú tienes todo el derecho. A ver, si de todas maneras pretendes venir, déjame hacerte una propuesta.

Fidel: Dígame, estoy dispuesto a escuchar una transacción

Fox: Por qué no vienes el jueves por la mañana, ya que tienes tu discurso a la una de la tarde.

Fidel: No se preocupe, yo lo ayudo en todo. No lo molesto en nada, no tiene que invitarme a las comidas.

Fox: No es para tanto. Inclusive te invito al almuerzo de ese día, inclusive te puedo sentar a mi lado. Pero una vez terminado el evento te regresas.

Fidel: ¿A la isla de Cuba? ¿O al Hotel?

Fox: A la isla de Cuba (…)

Fidel: Correcto

Fox: Fidel, ¿Te puedo pedir otro favor?

Fidel: Dígame, ¿En qué más puedo servirlo?

Fox: Pues básicamente no agredir a Estados Unidos o al Presidente Bush (…)

Fidel: Óigame, señor Presidente. Llevo 43 años en política y sé decir la verdad con la decencia y la elegancia necesaria. No albergue el menor temor de que le voy a soltar una bomba allí (…)

Fox: Eso te lo agradezco. Entonces quedamos en que tú vienes el jueves y ahí me dejarás libre. Es la petición que te hago para que no me compliques el viernes.

Fidel: Yo comprendo todo, cosas de las cuales no vamos a hablar ahora. Estoy dispuesto a cooperar con usted. Me limitaré a cumplir sus órdenes, yo como y me regreso.

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Después de esta conversación, Fidel Castro fue, echó su discurso, almorzó y se regresó, como había acordado. Una vez en la isla de Cuba, sacó la grabación dejando al presidente de México en ridículo.


About Jorge Uribe Piedrahíta

Comunicador Social con énfasis en Periodismo Digital y Cibermedios.Desde que inició sus estudios profesionales se interesó por la investigación, la docencia universitaria, el periodismo y la comunicación organizacional. Temas que lo llevaron a coordinar el semillero de investigación “Análisis del Discurso”, en la Universidad EAFIT.