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¿Por qué Mockus sería un buen presidente?

Antanas Mockus, candidato a la Presidencia en Colombia, 2010.

por Jorge Uribe Piedrahíta
Comunicador Social/Periodista Colombia

Este curioso personaje político, sobresale en el concierto nacional como un hombre sumamente inteligente, honesto, independiente y responsable. Al punto de asegurarles a los colombianos que bajo su gobierno podría cambiar el sistema que se ha mantenido durante 200 años de independencia.

Con las experiencias latinoamericanas vividas con hombres que obtienen la presidencia ofreciendo cambios inseguros; se puede concluir que al llegar al poder no hacen nada diferente a lo hecho por otros, o se convierten en sicópatas andantes como el caso de Hugo Chávez en Venezuela, quien de manera guerrillera, prometió sacar a los ladrones del trono y terminó nacionalizando las empresas y atacando al propio vulgo.

La historia ha evidencia que el mal llamado cambio es más metáfora que realidad. El último caso se vivió en Estados Unidos, con Barack Obama, quien en sus carteles siempre ponía “Change”. Lo mismo vivió Brasil con Lula y México con Fox; hasta Pastrana proclamaba “El cambio es ahora”.

En el caso de Antanas Mockus, se augura un verdadero cambio, pero no tan profundo, más pedagógico que peligroso. Cuando fue Alcalde de Bogotá, instauró prácticas sociales como la medida del Pico y Placa, que restringe la circulación de ciertos automóviles, para disminuir la contaminación ambiental. La hora zanahoria, llevó a que los centros nocturnos cerraran sus puertas a las 2 de la mañana.

Quizás el problema de Mockus es que su estilo no se acomoda a las prácticas políticas de un país tradicionalista; se apega a la juventud, pero este sector todavía no lidera la contienda política; ya que esperan que alguna vez se pueda votar por Internet, evitándose posibles traslados hasta los centros electorales.

Otro apartado que ayudó a su posicionamiento político, fue la fórmula presidencial que forjó con Sergio Fajardo, el mejor alcalde que ha tenido Medellín en las últimas décadas y un hombre que ha sobresalido en el ámbito nacional por su seriedad y honestidad.

Sin embargo, su campaña se centró en los medios virtuales y aunque Colombia no es un país extremadamente atrasado en aspectos tecnológicos, si existen muchos territorios rurales, donde la falta de acceso a Internet es la protagonista de la vida de los ciudadanos. Colombia todavía sostiene la política en plaza pública.

Igualmente, sus pronunciamientos públicos que luego lo llevaron a hacer rectificaciones por las críticas que suscitaban, le hicieron perder credibilidad: Primero dice que acabaría la guerrilla con lápiz, enseñándoles con pedagogía las adecuadas formas de combatir. Más tarde, dice que tendrá mano dura y que no hará canjes humanitarios. Expresa públicamente, que todos aquellos que no votaron por él eran mafiosos, asesinos y comprados. Luego dice que la democracia permite la libre elección de los candidatos.

Finalmente, declara que la salud podría salir de la crisis si a todos los médicos se les rebaja el salario a menos de un millón de pesos (500 dólares) por mes, pero más tarde asegura que por el contrario él abogaba por salarios más justos.

De ser electo, Antanas Mockus representaría el cambio para la nación, o simplemente el regreso a las modalidades guerrilleras de finales de los 90´s, cuando el secuestro masivo y las pescas milagrosas se realizaban a diario.

Lo que si es cierto es que Mockus es diferente, sin embargo, en un Estado liderado por altos índices de pobreza, desigualdad, violencia, guerrilla y narcotráfico, su promesa de un mundo mejor se tornaba más un cuento de hadas.

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