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SEXTO DE LA CORRUPCION

Por El Abate Jerónimo

Enrarecido el clima político del país, pero principalmente el de la capital de la república por la ambición del ex presidente y general Álvaro Obregón de regresar a la presidencia, el futurismo se desató al llegar a la ciudad de México “El Caudillo” el 26 de octubre de 1926.

El divisionario sonorense se hospedó en el Castillo de Chapultepec, residencia oficial del presidente de México y hasta ese alcázar llegaron senadores, diputados, gobernadores y  políticos de todos los tamaños.

Simultáneamente –¡que casualidad!…-se iniciaron en ambas cámaras del Congreso de la Unión los trabajos para reformar los artículos 82 y 83 de la Constitución para que el presidente de la república pudiera reelegirse una vez, siempre y cuando no ocurriera esta inmediatamente después de expirar el período para el que había sido electo cuatro años antes.

La reforma incluía también la ampliación de cuatro a seis años, el lapso que debía permanecer el hombre que debía ser elegido en 1928.

La proposición fue aprobada de inmediato por los diputados; los senadores fueron más discretos y dieron la impresión a propios y extraños, que el asunto era “cuidadosamente” analizado antes de ser votado.

La modificación también incluyó para los diputados un año más y para los senadores dos. Así permanecerían en la cámara baja tres años y en la otra seis años igual que el presidente.

El país bullía, las ambiciones se desataron. Los cañonazos de cincuenta mil pesos disparados por Obregón, acallaron muchas ambiciones, pero impulsaron otras.

Surgieron como en 1910 muchos grupos anti reeleccionistas. Pero en todos los frentes, los aspirantes eran únicamente altos jefes del Ejército.

El “Caudillo” regresó nuevamente a la ciudad de México el 25 de febrero de 1927 a bordo de un “Tren Amarillo”, siendo recibido en la Estación Colonia por el presidente Elías Calles y por casi todos los altos funcionarios del gobierno.

Instalado nuevamente en el Castillo de Chapultepec, el divisionario sonorense declaró a los periodistas: “vengo  a la inauguración del Banco Industrial de Transportes”, que era una rama de la Cooperativa de Combustibles.

Tres días después, el 1 de marzo el ex presidente declaró: “los anti reeleccionistas ya deslindaron su campo y yo deslindaré el mío cuando lo juzgue conveniente”.

Así se dividieron en dos grupos las ambiciones: de un lado “El Caudillo” del otro todos los que no querían a Obregón de vuelta.

Pero todos asistían a banquetes y reuniones en donde se discutía la personalidad y los méritos de los aspirantes.

Obregón que contaba con toda la fuerza y los recursos económicos del gobierno encabezaba como es de suponer las simpatías oficiales, pero no las del pueblo.

El sábado 2 de abril de 1927, el casi candidato oficial regresó a Sonora en el “Tren Amarillo”, al que hubo que agregarle dos carros más, para que viajaran sus numerosos acompañantes.

Del otro lado, surgieron las precandidaturas de los generales Arnulfo R. Gómez, jefe de las operaciones militares en el Estado de Veracruz y Francisco Serrano, gobernador del Distrito Federal.

El general Gómez protestó como candidato del partido Antireeleccionista, exhortando al presidente Calles a respetar la constitución –evitando la reelección de Obregón- y el 28 de junio de ese mismo año, pidió al divisionario sonorense que “retirara su candidatura y que él y el general Serrano también harían lo mismo”.

Obregón siguió caminando en sus aspiraciones y los generales Gómez y Serrano emprendieron viajes al interior del país, exhortando a sus partidarios a sostener los principios de la “No Reelección”.

Los desplegados en los periódicos aparecían todos los días firmados por los partidarios de los tres aspirantes. En uno de ellos firmado por centenares de estudiantes, le solicitaron a Obregón que retirara su candidatura.

A mediados de septiembre regresa a la capital el general Gómez, después de recorrer varios estados de la república.

El general Serrano preparaba su campaña desde la ciudad de México.

El ingeniero Félix F. Palavicini –fundador del periódico “El Universal”, organiza los días 24 y 26 de septiembre, reuniones en las que participan los grupos opositores a Obregón y se habla de una “asonada” encabezada por Gómez y Serrano.

Las actas levantadas y firmadas de esas reuniones señalan que no hubo acuerdo entre los dos candidatos de la oposición, ya que en vez de unirse, cada uno sostuvo su ambición por la silla presidencial.

Los rumores de una sublevación que estallaría el 1 de octubre invaden todos los rincones del país.

El general Gómez se dirige a Veracruz, en donde en compañía del general Horacio Lucero, jefe de la Guarnición de la ciudad de Perote, se levanta en armas. Pronto  capturado y  fusilado.

El general Serrano parte a la ciudad de Cuernavaca pretextando que allí celebraría su onomástico –4 de octubre-, lo acompañan 14 amigos cercanos.

El comandante Militar del Estado de Morelos, general Juan Domínguez, compadre y amigo íntimo del general Serrano, “curiosamente no se encontraba en Cuernavaca” y por ello no pudo evitar que el 3 de octubre a las 9 de la mañana, Serrano y 13 de sus 15 acompañantes fueran aprehendidos: Carlos a Vidal. Miguel A. Peralta, Daniel A. Peralta, Caros V. Ariza, Alfonso Capetillo Robles, Augusto Peña, Antonio Jáuregui, Ernesto Noriega Méndez, Octavio Almada, José Villa Arce, Otilio González, Enrique Monteverde y el periodista Rafael Martínez Escobar.

Se salvan: disfrazado de mujer, el licenciado Francisco J. Santamaría, años más tarde (1943-49) gobernador de Tabasco; y el general Antonio I. Villarreal.

“Las ordenes –les dijeron entonces a los prisioneros- iban a ser conducidos a la capital de la República”; a la mitad del camino, la caravana es detenida por el general Claudio Fox, que al mando de una guarnición militar, reclama a los detenidos.

Fox los conduce a Huitzilac, en donde son fusilados sin juicio y sin más testigos que los soldados que los asesinan. Los cuerpos de los fallecidos son llevados hasta el Hospital Militar.

El cadáver del general Serrano encostalado y amarrado con alambre de puas, es traladado a los sótanos del Castillo de Chapultepec, en donde los generales Obregón y Calles, con el auxilio de una linterna de petróleo, contemplan al hombre que quizá era el más fuerte contrincante del “Caudillo”.

“Mira como te dejaron Panchito”, dice Obregón, ante el silencio sepulcral de Calles.

NOTICIAS DEL
MEXICO DE HOY

En la capital de la República diferentes sectores de la población, pero sobre todos los empresarios y los hombres de negocios se oponen al impuesto de la CETU (Contribución Empresarial de Tasa Única) propuesto por el gobierno

Los dueños de los colegios privados de educación superior, han declarado que si la CETU se aprueba, trasladarán ese incremento directamente a las colegiaturas de los miles de alumnos que allí estudian.

El presidente Calderón continúa con su campaña contra el Jefe de Gobierno del Distrito Federal, a quién pretende doblegar al ordenar que Hacienda no entregue las participaciones que corresponden a la capital de la República y le retiene una autorización, para se pueda negociar una deuda por dos mil quinientos millones de pesos.

En tanto se anuncia que el gobierno federal, y el Departamento del Distrito Federal, emprenderán una colaboración para realizar las obras que urgentemente requiere la metrópoli, para salvarla de una inundación ante los torrenciales aguaceros que provocan hasta ahora, “ligeros encharcamientos”.


About Luis Ariel Ramos

Nació en la Ciudad de México en Julio de 1932; a los once años y medio de edad se inició en el periodismo al ingresar como ayudante de don Gregorio Ortega, director de la revista ASI y desde entonces, el mejor analista político en la historia del periodismo mexicano. Fue archivista de fotografía, formador de cristales, cobrador y agente de publicidad; en 1946 trabajó a las órdenes de don José Pagés Llergo, Director de la revista HOY.
Años después trabajó en el trisemanario ATISBOS, que dirigía don René Capistrán Garza, quien durante su juventud fue Presidente de la ACJM, y en memorable concurso de oratoria, derroto a los representantes de la Confederación Revolucionaria de Obreros –CROM-; quien fuera enviado al exilio por el gobierno de Plutarco Elías Calles.
El 19 de Mayo de 1957 ingresó a la redacción de EL UNIVERSAL, como reportero; cuya casa Editorial dirigió desde 1970 como Subdirector General, los siguientes 20 años. En 1981 fue designado Secretario vitalicio de la Junta Asesora Latinoamericana de la UPI (United Press International). Desde 2006 es el Director Ejecutivo de Ideas4Solutions y escribe todos los Lunes la nota informativa de México.