La caída del infame Muro de Berlín

por Jorge Uribe Piedrahíta

Comunicador Social/Periodista Colombia

El 9 de noviembre de 1989 sucedió ante el universo la caída del infame Muro de Berlín, que hacía que Alemania estuviese divida. Hoy, 20 años después, se prepara el “Festival de la Libertad”, que constituye el punto más significativo de la historia modera de la construcción de Europa, en la que mil piezas gigantescas en forma de dominó se tropiezan entre sí hasta quedar todas en el suelo.

Según Adam Michnik, editor del diario Gazeta Wyborcza de Varsovia, 1989 se considera un “annus mirabilis”, caracterizado por extraordinarios sucesos que terminaron en la caída de un muro de 140 kilómetros de largo que separaba a los berlineses desde la emblemática Puerta de Brandeburgo, edificada en el siglo XVII. Las imágenes de aquella noche del inolvidable jueves, siguen visibles en la memoria de aquellos que fueron testigos, de cómo 28 años después de su construcción caía el muro divisorio.

La cimentación del muro fue dirigida por el premier soviético, Nikita Khruschev, quien desde el 13 de agosto de 1961, hizo que la frontera con Alemania del Oeste estuviera cerrada por cercas de alambre, que luego fueron reemplazadas por gruesas paredes de concreto. Los berlineses destruyeron este majestuoso muro con picos, martillos, sus propias manos, y amenizado por el violonchelo Mstislav, quien tocaba el himno de bienvenida a la libertad.

Varios factores incidieron en este acontecimiento histórico, por su lado la Guerra Fría, que motivó a la unificación de Alemania, y asimismo Mikhail Gorbachov, secretario del Partido Comunista Soviético en 1985, promovió reformas en todo el bloque soviético, precisamente en Polonia y Hungría. Además, la intervención del Vaticano y en su cabeza, el Papa Juan Pablo II, fue decisiva para la “caída de la cortina de hierro”, como lo denominó Gorbachov. Juan Pablo II expresó su beneplácito a través de “Europa debe respirar con sus dos pulmones” y la caída del muro lo facilitó.

Yacentes en nuestra época, gobiernos y fuerzas armadas ilegales, pretenden construir “muros de Berlín”, que solo llevan a que ocurra como en Alemana, cuando más de 800 personas murieron en el intento de cruzar el muro, aterrados de la vivencia en la Alemania Comunista. Sin duda, el pronunciamiento del Presidente Álvaro Uribe, fue crucial, al exponer que no se comprometería en juegos que llevan a la ruptura de relaciones binacionales, esperanzado en el apoyo al pueblo, más que en intereses personales. Asimismo, la cooperación del gobierno de Brasil ha apaciguado la creación de una barrera fronteriza Colombo Venezolana.

No estamos en condiciones de ver imágenes como las televisadas en días anteriores, cuando habitantes de zonas limítrofes entre Colombia y Venezuela, tenían que usar escaleras, exponer sus vidas en el río, o recibir azotes por parte de la fuerza pública venezolana, quienes impedían el ingreso de los colombianos. Aplaudimos la disposición de Ecuador, para abolir el muro que impuso en marzo de 2008, y amenizar las relaciones bilaterales, entre patrias que solo se complementan.

Berlín se convierte en ejemplo para el mundo, al superar con lujo la pared  y recobrar su estatus como capital de Alemania. Igualmente, se cristianiza en un espacio cultural, que simboliza la muerte y evoca a los que lucharon por la libertad. Además, la sagacidad de los pobladores que con tesón construyeron, sobre ruinas, un país abierto al mundo, con un estado de paz envidiable y una muestra de antirracismo que da ejemplo al universo.