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Sube la presión en las fronteras

En Colonias en Venezuela cerca de la frontera con Colombia exigen que se retorne a la normalidad sus actividades.

por Jorge Uribe Piedrahíta

Comunicador Social/Periodista Colombia

Las acusaciones en contra de Colombia no cesan por parte del Gobierno Venezolano, quienes han encendido con mayor intensidad las dificultades por el asesinato de dos oficiales de las fuerzas armadas de este país. Lo anterior motivó al desorden público en las fronteras Francisco de Paula Santander y Simón Bolívar.

La versión de una campaña de espionaje, llevó a que la Asamblea de Venezuela rechazara la presencia internacional y determinara que todos aquellos gobernadores, alcaldes y líderes regionales que visiten a Colombia, deben ser investigados por “actuar, desestabilizar y desarrollar los planes para introducir paramilitares en Venezuela”, según Ramón Carrizales, vicepresidente de este país suramericano.

Semana tras semana, palabra tras palabra, hechos y provocaciones constantes ahondan los problemas y oscurecen el ambiente bilateral, sumado a la acusación de que los 11 jóvenes asesinados en el Táchira eran paramilitares. “Farsas montadas por el Gobierno. En vez de desarrollar políticas que solucionen tres crisis económicas simultáneas, la crisis eléctrica y la terrible seguridad ciudadana; Chávez ha creado un mecanismo de diversión y ha encontrado el enemigo perfecto en Álvaro Uribe, ya que contra Obama se le dificulta utilizar el mismo lenguaje que usó contra Bush”, expresa Teodoro Petkoff, periodista y analista venezolano.

“En Venezuela solo hay procesos intimidatorios, que crean miedo, y el que se asusta pierde en este país. Además, en su pantomima Chávez quiere ver con la mitad de un ojo, ya que miembros de la FARC y ELN entran y salen como Pedro por su casa de este territorio, y lo peor, los asesores del Presidente no saben como inventar la muerte número 1.043 de la reencarnación de Simón Bolívar, ese tema ya se ha vuelto como la lluvia, todas las semanas a Chávez lo quieren matar, y los propios partidarios han abandonado ese eco”, agrega Petkoff

Mientras tanto la masacre de los colombianos se vuelve una leyenda urbana y rural, y la explicación del gobierno de Chávez no es seria, pues la realidad tachirense es terrible, este lugar es una zona franca, donde operan grupos guerrilleros con impunidad, formando un tercer país dominado por la presencia de ampones y el silencio de los inocentes. El mandatario se limpia las manos aludiendo a que eran paramilitares y por ende están bien muertos. La suposición apunta a que fueron asesinados por los opositores de los paras: La guerrilla.

No me cuadra la pasividad de las autoridades venezolanas, tanto del gobierno central como de las fuerzas armadas con la presencia de grupos guerrilleros, que es un suceso obvio. La policía del Estado Táchira está desarmada, pues los grupos violentos de Colombia, tienen el aval del gobierno, y Chávez expone ante las cámaras que no hay cierre de frontera, sino que existe un desorden de los grupos financiados por el gobierno de Colombia y el DAS.

El único sobreviviente de la masacre alcanzó a comentar que sus raptores les preguntaban que quién era su jefe, y a qué grupo paramilitar pertenecían, y al no responder fueron brutalmente asesinados. La investigación llegó hasta que el gobierno diagnosticó que eran paramilitares, y prefirieron exponer que Colombia adelantaba 4 procesos de espionaje: Cóndor hacia grupos islámicos, Falcón hacia Venezuela, Salomón hacia Cuba y Fénix hacia Ecuador. ¿Dónde queda la seriedad del mandatario y sus secuaces? ¿Carecen de inteligencia para llevar con diplomacia las relaciones de tan importantes y honorables países? ¿Hasta dónde llegan los límites del poder presidencial? ¿Cuáles son los intereses que encubren las acusaciones sin fundamentos?


About Jorge Uribe Piedrahíta

Comunicador Social con énfasis en Periodismo Digital y Cibermedios.Desde que inició sus estudios profesionales se interesó por la investigación, la docencia universitaria, el periodismo y la comunicación organizacional. Temas que lo llevaron a coordinar el semillero de investigación “Análisis del Discurso”, en la Universidad EAFIT.