El sentimiento nacionalista y la invención de una guerra

por Jorge Uribe Piedrahíta

Comunicador Social/Periodista Colombia

La actitud del gobierno colombiano es la más adecuada en estos momentos de efervescencia binacional, en la que el Presidente Chávez, ante los problemas de su país, pretende hacer lo que George W. Bush forjó para obtener su reelección: avivar el sentimiento nacionalista, a través de una guerra. Lo que no tiene en cuenta el Mandatario, es que Colombia no caerá en provocaciones, sopena de que las más crueles guerras han sido iniciadas por locos.

El Gobierno Nacional optó por acudir ante el Consejo de Seguridad de la ONU, y ante la OEA; una idea oportuna, que permitirá que los países democráticos sepan la verdad sobre las relaciones entre Caracas y Bogotá e implementen acciones para callar la voz altanera del gobernante vecino, sus desquiciados llamamientos para la guerra y la falta de compromiso por la paz de la región. “Colombia no ha hecho ni hará un solo gesto de guerra a la comunidad internacional, menos a países hermanos”, dijo el Mandatario colombiano.

Es la cuarta ocasión en la que el presidente venezolano ataca al Estado colombiano, instando a una confrontación bélica y congelando las relaciones comerciales. En la carta dirigida ante organismos internacionales, Colombia hace un recuento de todos estos sucesos, incluyendo la visita del secretariado de las FARC a Caracas y de la muerte de 8 colombianos en el Táchira. Chávez por su parte, convoca a prepararse para la pelea, pues mantiene su paranoia por el ataque de los EUA desde Colombia.

Chávez había izado las banderas de la guerra, cuando ocurrió la operación Fénix, en la que murió su camarada Raúl Reyes; en ese momento obligó a Rafael Correa a romper las relaciones con Bogotá. La petición de Colombia es contundente: cooperación en la lucha contra el narcotráfico y el terrorismo; colaboración en la investigación de los asesinados en zona venezolana y cese  de las amenazas de guerra. Uribe no se alía con nadie para atacar al precursor del Socialismo del siglo XXI, que es idéntico al fracasado Socialismo Soviético del siglo XX.

“Cuando todos confiábamos en su decisión de cesar sus provocaciones bélicas, vuelve y dice “no me voy a quedar cruzado de brazos. Nosotros estamos obligados a defender a la patria, a elevar la capacidad de entrenamiento de nuestras tropas de tierra, agua y aire.” Uribe está frente a un problema que no puede desestimar, porque la historia ha demostrado que de obsesivos, fanáticos y locos seres, están llenas las guerras, o se nos olvidó Hitler y Stalin, quienes se creyeron los “mesías” del mundo,” comenta Diego Carrión, politólogo y analista.

El verdadero objetivo de estos discursos guerreristas es cubrir la inseguridad, la falta de alimentos esenciales, el racionamiento de servicios públicos, la baja popularidad de su gobierno y la pérdida en futuras elecciones; asimismo, de atemorizar a los  gobernadores del Táchira y Zulia, quienes son sus opositores. Pero se le olvida que existen analistas éticos, que sin ingenuidad, comprenden sus jugadas. El senado de Brasil aplazó las votaciones para permitir el ingreso de Venezuela a Mercosur, pues para el país de Lula, la paz de la región es vital, sobretodo en su añoranza de convertirse en nueva potencia mundial.

Además de atacar a las ciudades limítrofes con Colombia, donde ha obtenido grandes derrotas electorales; pretende eliminar a sus sólidos opositores regionales: EUA y Colombia, y quedar con el terreno libre para implementar su proyecto expansionista. Por eso busca alianzas con Rusia, Irán, Siria y Libia, países opositores a EUA.

Los organismos internacionales que regulan las acciones políticas, sociales y económicas, deben ser los entes encargados de frenar el tormento presidencial de Chávez. Y la ONU enviar sus cascos azules a la frontera, para impedir que los hermanos de la región, peleen sin fundamento.